Tener objetivos cuantitativos nos permiten medir mejor el avance y crear un buen plan de acción.
Dividir un objetivo en desafíos más pequeños nos ayuda a llegar a mantener el foco y llegar a la meta.
No poder hacer una estimación de crecimiento, puede deberse a que no sabemos cómo se está desarrollando hoy la empresa o no tenemos previsibilidad.
Puede ser que tengas medido un porcentaje de facturación respecto al esperado, o quizás de clientes, todo depende de tu tipo de objetivos.
La certeza al 100% no existe, lo que no quita que nuestro desempeño actual y pasado no nos permitan proyectar a futuro.
Muchas empresas operan a pérdida incluso sin saberlo. Si no mides la salud financiera, es un buen momento para empezar.
El ROI es una de las métricas más conocidas, y esto es porque realmente es muy importante porque es el retorno de nuestra inversión.
Todas las empresas deberían crecer al menos un pequeño porcentaje anual, sobre todo si consideramos factores como la inflación.
Tener un grado de previsibilidad no solo nos da tranquilidad, también nos permite planificar y evaluar inversiones.
Lo ideal es poder controlar el flujo de caja en períodos cortos y largos.
Un dueño debería percibir una utilidad obtenida de las ganancias netas de la empresa y un salario como empleado en caso de que ocupe algún puesto.
Algunos de los motivos de las dificultades suelen ser que las tareas no están bien definidas o no hay nadie que se dedique exclusivamente a cada tipo de tarea. También ocurre que hay falta de tiempo o cuesta organizarse.
Muchas veces no tenemos a quien delegar porque no hay alguien capacitado, o quizás porque no le tenemos confianza. Pregúntate qué ocurriría si te ausentaras por un tiempo de tu empresa.
Es importante ser consciente de cuándo necesitamos ayuda y saber incorporar a alquien si realmente nos representa una inversión para nuestro crecimiento.
Debes poder responder con seguridad si alguien te pregunta por qué debería contratarte a ti y no a tu competencia
Conseguir clientes por referidos habla bien de tus servicios, pero su contracara es que no es previsible ni refleja la realidad del mercado a la hora de salir a conseguir más clientes.
Es muy común sentir que el cliente nos maneja los tiempos o las condiciones.
Necesitar bajar precios (y a veces mucho) para cerrar un cliente, u ofrecer beneficios adicionales, es uno de los problemas más frecuentes. La buena noticia es que se puede corregir muy rápido.
Las ventas son el motor de cualquier negocio. Tener a alguien abocado exclusivamente a esto es de alto valor para tu negocio.
Las tareas de venta, publicidad, marketing y comerciales en general, son mucho más arduas de lo que parecen.